Hace casi dos días llegué de misionar en Nueva Imperial con un increíble grupo de jóvenes. Ellos son adolescentes -en su mayoría- con conocimientos básicos y generales de la fe, con pocas experiencias de trabajos sociales y casi nula cercanía con el pueblo sencillo y pobre que habita en la región. Lo tienen todo: la mejor educación, la mejor situación familiar, bienes, capacidades intelectuales privilegiadas, han viajado por muchos lugares del mundo, etc... Deben luchar a diario con el prejuicio de pertenecer a un grupo social aventajado, pero eso no les preocupa, porque saben bien quienes son y lo que valen.
Sin embargo, ante todo esto ya dicho sobresale algo aun más importante: ellos tienen una experiencia de Dios maravillosa, todos han conocido a Jesús de distintas maneras, pero comparten un espíritu de alegría y confianza en el Señor únicos.
El lema que nos acompañaba en estas misiones rezaba "Fieles apóstoles de Cristo, entregados a la Misión" y, sin duda que ellos cumplieron el desafío de vivirlo en carne propia. A pesar de una compleja recepción de la comunidad visitada, el espíritu de la Misión nunca decayó y eso -estoy convencido- es producto de una fe profundamente anclada en Dios y vivida en todo ámbito de sus vidas. Desde principio a fin se vivió un ambiente de profunda energía y entrega a la tarea evangelizadora. De 10 puertas golpeadas solo 1 ó 2 nos abrían, pero eso no fue razón para dejar de seguir caminando con paso firme seguro de lo que querían anunciar.
Una actitud así, solo se fundamenta en una experiencia de profundo encuentro con Cristo Resucitado, con el Señor de la Vida, con el Espíritu del Amor.
¡Gracias Misioneros Greenhouse Nueva Imperial 2013! La Sagrada Familia, patrones de nuestro Colegio los sigan bendiciendo; María cobijándolos en su manto, José enviándolos al mundo sin miedos, y Jesús inquietándoles el corazón por el pobre, el que sufre, el enfermo y el desamparado.
Gracias FIVM