viernes, 28 de enero de 2011

INVITACIÓN, NO NOSTALGIA



Ordenando unas carpetas del año (recién) pasado encontré unas notas tomadas en la conferencia “Hay últimos que serán primeros. La teología latinoamericana hoy” del padre Diego Irarrázabal pronunciada en el Coloquio de Teología, dedicado a Ronaldo Muñoz, que mencioné en varias entradas hace unos meses. Dicen así:
“Que Ronaldo sea una invitación de lo que podemos hacer, no una nostalgia de lo que se hizo”.

jueves, 27 de enero de 2011

MECHA QUE HUMEA

El 20 de enero Schoenstatt celebra el segundo hito de su historia: en la confianza divina.

El 20 de enero de 1942 el Padre José Kentenich, pudiendo libre y justamente librarse de hacerlo, decide ir al campo de concentración de Dachau ofreciendo su libertad exterior por la libertad interior de la Familia de Schoenstatt.

El 2 de febrero de 1942, estando aún fuera de Dachau y seguro de que volvería con vida a su amado Schoenstatt redacta el “Canto de Gratitud” (HP 612) en el que escribe “¡Cayeron las cadenas! Resuene en las voces de todos un jubiloso cántico de gratitud…”.

¿Por qué el Padre Kentenich confiaba fehacientemente que sería liberado de Dachau incluso antes de entrar?

Este año pasé el día 20 de enero en Los Sauces, lejos del Santuario.

En la misa cantamos “Señor ¿a quién iremos?” y no pude evitar pensar en el Padre Kentenich como ese hombre tan traspasado por Dios que confiaba en la Divina Providencia a pesar de estar preso por los nazis, tanto como Dios confía en nosotros a pesar de nuestro pecado y pobrezas.

Dios confía en nuestra mecha que humea desde el interior. Si Él sopla, crea una llama capaz de incendiar el mundo, sólo hace falta que nosotros confiemos en su Plan como lo hiciera el Padre Kentenich en 1942, como lo hiciera María en la Anunciación.


¿Quién podría amar como Tú

nuestra carne débil,

nuestro barro frágil?

¿Quién como Tú confía

en la mecha que humea en nuestro interior?

¿Quién como Tú espera

nuestro sí de amor?

martes, 25 de enero de 2011

UNANIMITER


El domingo llegué -junto a 60 estudiantes del Colegio Greenhouse- de Misiones en Los Sauces, una comuna pequeña y muy hermosa cerca de Temuco.

Como cada año, teníamos un lema que guiaba nuestras Misiones y marcaba la línea temática de todos los días: Comunidad de Apóstoles, con María unanimiter.

Me detendré solo en la primera y última palabra del lema, porque ambas estuvieron vinculadas profundamente en esta experiencia, y lo están en nuestra Iglesia desde sus comienzos.

A diferencia de años anteriores, la Misión no se centró exclusivamente en el “puerta a puerta”, sino que también se le dio real importancia a otras formas de misionar: a través de la reparación de capillas, conversando con la gente en la plaza, haciendo deporte con los jóvenes del lugar… Con esto queríamos dar cabida a todos quienes quisieran misionar, porque ser testigo de Cristo no implica sólo una manera de anunciarlo, sino que justamente involucra que cada quien ponga sus propios tesoros para la Comunidad y desde ahí contribuya a esta. Involucra también que cada uno ponga sus pobrezas para ser complementadas por la Comunidad.

Cada uno con su originalidad aporta a la diversidad de la Comunidad.

Unanimiter significa “un mismo espíritu” o “una sola alma” y, a pesar de que cada cual es tan diferente y aporta con cosas tan distintas a la Comunidad, siempre se hace en el espíritu de Dios, unidos en una sola alma, en compañía de María como los Doce Apóstoles en el Cenáculo (Hech 1, 12-14).

Así fue en el comienzo de la Iglesia Cristiana, donde cada cual aportaba lo que al otro le faltaba. Y así es como estamos llamados a hacerlo también hoy en un mismo espíritu.

En Los Sauces quisimos hacerlo así: dando espacio para evangelizar con las palabras, con el trabajo, con el ejemplo o con la sola presencia en medio del mundo… y gracias a eso, ahora podemos decir MISIÓN CUMPLIDA.





miércoles, 12 de enero de 2011

UNA RELIGIÓN QUE SÍ LLEGA A LA VIDA (2nda Parte)


La religión es el parámetro de vida en algunas culturas, como en la cultura mapuche. De hecho, no se habla de una religión mapuche, sino de su cosmovisión.

Porque lo que se vive en la cultura mapuche está determinado por su fe.
Es más, el famoso conflicto mapuche (del cual casi me siento parte por vivir en la Región de la Araucanía) tiene sus raíces en que los chilenos no hemos podido entender que lo que ellos defienden con tanto ímpetu es parte de su fe, de su amor sagrado a la tierra, no como un producto que explotar, sino como un ser a quien cuidar y amar.

La fe y la vida se unen.
Se pueden unir.
La cosmovisión mapuche así lo prueba.


martes, 11 de enero de 2011

UNA RELIGIÓN QUE SÍ LLEGA A LA VIDA (1era Parte)

Por años, sobre todo después del Concilio Vaticano II, los católicos nos esforzamos por unir fe yvida.

¿Se puede realmente?

Todo parece demostrar que no.

Nos acordamos de Dios sólo el domingo, la gran mayoría -estadísticamente- ni siquiera eso.
Le damos un espacio a Dios sólo cuando lo necesitamos.
Nos acordamos de Él cuando hay un terremoto, cuando 33 mineros se quedan atrapados en una mina, cuando un Karadima es acusado de algún delito...

Y cuando Dios se abre los espacios tratamos de cerrárselos, sacando las cruces de los colegios, evitando toda expresión explícita de una religión realizando actos ecuménicos...

¿Se puede, entonces, unir fe y vida?
, aquí está la prueba.

domingo, 9 de enero de 2011

JARDINERO DE LA VIDA


Hace un tiempo prometí que lo haría y quedó pendiente la deuda: hablar sobre la muerte de mi padre.
Estuvo stand-by no porque no quisiera hacerlo, ni porque se me hiciera difícil.. ni porque hubiera razón alguna, sino porque simplemente se me había olvidado.

A veces me siento culpable por no haberme sentido mal cuando él murió, pero -como dijo un buen amigo- las relaciones van más allá de la sangre, se fundamentan en los vínculos afectivos, incluso con aquellas personas que te han dado la vida*.
Que quede claro que tampoco me alegré, en ningún caso.

En Schoenstatt hablamos de que padre es aquel que da la vida y que se hace responsable por ella. Estoy más de acuerdo con la segunda parte.
¿Cómo iba a sufrir por él? ¿Cómo iba a llamarlo padre?

Jardinero es el que riega, no el que siembra.

Espero algún día ser padre y quiero cultivar la vida, no sólo echarla a andar.
Creo que Dios es un Padre Jardinero de la Vida: crea la vida y la acompaña en todo momento, no porque se sienta obligado a hacerlo, sino -justamente- porque nos ama libre e infinitamente.


Foto tomada de aquí, en la etiqueta "Jardinero Mágico".
_________________
(*): Para mí la vida es más que el hecho de vivir.

jueves, 6 de enero de 2011

EPIFANÍAS

Tengo pendiente una entrada sobre la cultura y cosmovisión mapuche hace mucho tiempo. Tenía pensado publicarla hoy, pero no puedo evitar escribir hoy sobre la fiesta que celebramos: la Epifanía, aunque se ha dado universalmente para recordar la venida de los Magos de Oriente al Pesebre en Belén.

Con algunos amigos discutíamos hace un tiempo sobre el significado real de los "Reyes Magos" en el Evangelio... discutíamos la existencia verídica de estos tres personajes, o los regalos que le llevaban, no faltó el que preguntó por el famoso "Cuarto Rey Mago"...

Pero mi reflexión más importante y significativa es que eran personas de diferentes naciones lejanas, que venían con un único objetivo: adorar a Jesús. "Hemos venido a adorarle" fue el lema del Encuentro Mundial de la Juventud en Colonia, Alemania, lugar donde están los restos de Gaspar, Melchor y Baltazar, y es lo que hacemos cada vez que nos arrodillamos ante Él. Fue lo que hicimos en la Peregrinación de Confianza de Taizé.

Este año, en la misa de Navidad me tocó disfrazarme de Baltazar.
Fue muy gracioso caminar hacia el altar en el momento del ofertorio disfrazado así, pero luego pensé en lo significativo de llevar nuestros más preciados regalos -como lo hicieran antaño los Magos de Oriente- ante el Señor.

Gracias Gaspar, Melchor y Baltazar por enseñarnos que Cristo es propiedad de todas las naciones, incluso las más lejanas.
Gracias Gaspar, Melchor y Baltazar por enseñarnos que nuestra vida es el mayor oro, incienso o mirra que podemos llevarle al Señor.
Ahora sólo nos basta aprender que les epifanías no solo se dieron hace 2000 años atrás en Belén o en Galilea, sino que existen día a día en cada amanecer, en cada sonrisa, o en cada abrazo ¡Esas si que son manifestaciones de Dios!

Aquí y aquí os dejo unos poemas tomados de un blog amigo que me parecen geniales.

Saludos a todos.


miércoles, 5 de enero de 2011

EL ARTE DE VIVIR

He tomado prestadas estas líneas de un blog amigo que pueden visitar aquí.
Un abrazo apretado en este año nuevo que comienza. Saludos

Conferencia del cardenal Joseph Ratzinger durante el jubileo de los catequistas y profesores de Religión celebrado el 10 de diciembre de 2000 en Roma.

La vida humana no se realiza por sí misma. Nuestra vida es una cuestión abierta, un proyecto incompleto, que es preciso seguir realizando. La pregunta fundamental de todo hombre es:¿cómo se lleva a cabo este proyecto de realización del hombre? ¿Cómo se aprende el arte de vivir? ¿Cuál es el camino que lleva a la felicidad?

Evangelizar quiere decir mostrar ese camino, enseñar el arte de vivir. Jesús dice al inicio de su vida pública: he venido para evangelizar a los pobres (cf. Lc 4, 18). Esto significa: yo tengo la respuesta a vuestra pregunta fundamental; yo os muestro el camino de la vida, el camino que lleva a la felicidad; más aún, yo soy ese camino. La pobreza más profunda es la incapacidad de alegría, el tedio de la vida considerada absurda y contradictoria. Esta pobreza se halla hoy muy extendida, con formas muy diversas, tanto en las sociedades materialmente ricas como en los países pobres. La incapacidad de alegría supone y produce la incapacidad de amar, produce la envidia, la avaricia.... todos los vicios que arruinan la vida de las personas y el mundo. Por eso, hace falta una nueva evangelización.
Si se desconoce el arte de vivir, todo lo demás ya no funciona. Pero ese arte no es objeto de la ciencia; sólo lo puede comunicar quien tiene la vida, el que es el Evangelio en persona.