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domingo, 27 de octubre de 2013

LOS POBRES

¡Ay! Los pobres.
Acabo de llegar de tomar unas fotos en una población muy pobre de mi Temuco. Son para una presentación que necesitamos hacer con un amigo... me sentí tan incómodo en mi auto con mi cámara semiprofesional tomando fotos de las casas, de los basurales, de las calles... de la gente.

La incomodidad se convirtió en frustración y tristeza cuando vi a tantos niños jugando en ese lugar. Me conomvió profundamente ver que ellos no se dan cuenta de que los envases de yogurt y los electrodomésticos rotos no deberían ser parte de su paisaje; que los juguetes que usan fueron usados antes por otros; que el camino a la improvisada cancha de fútbol no deberia estar rodeado de contenedores de basura... ¡Qué fuerte pensar que la mayor parte de esos niños no se dan cuenta de que esa realidad no es digna! 

Probablemente ellos crecerán sabiendo que eso está bien, que está bien ser pobre, que no hay problema en seguir cesante, o en vivir en condiciones poco saludables... 

Que la frustración y tristeza se conviertan en acción es un proceso lento, pero valioso y permanente.



domingo, 30 de diciembre de 2012

ECONOMÍA VERDE


Hace tiempo que no transcribía algo del Congresso de Teología. Aquí algunas palabras -como siempre desordenadas y un poco maquilladas- de Pedro Ribeiro da Oliveira:

La gran novedad de la “economía verde” es la sustentabilidad, pero ¿es posible ésta?
La sustentabilidad tiene tres pilares fundamentales: el dinero, la persona y la tierra. ¿Están/son al mismo nivel?
La tierra no es solamente bien de explotación de recursos explotables, sino un ser vivo con derechos, plantea Ghandi.

Para analizar el problema/oportunidad de la sustentabilidad debemos responder a estas tres preguntas: ¿El mundo tiene riquezas? Sí. ¿Es posible repartirlas? Sí. ¿Se quieren repartir? No.
La propuesta para mejorar este problema es abrirse a una “economía solidaria”. Hoy existe a nivel micro, pero el desafío es llevarla a un nivel macro, donde los modelos productividad parecieran ser la única opción de surgir… incluso gobiernos de izquierda se ven obligados a aplicar políticas productivistas.
El modelo del siglo XX de redes articuladas entre sí, permitiría este salto. Se experimenta en la red de CEB por ejemplo.

Los cristianos somos como pequeñas luces que nadie ve y que no iluminan nada, pero cuando se apaguen las grandes luces y faros, entonces nos veremos y alumbraremos.

Pobreza es diferente de miseria, porque en la pobreza sí se pude alcanzar la felicidad; en cambio en la miseria es imposible. 


Muchas personas pequeñas haciendo cosas pequeñas, hacen algo grande: ¡pensar globalmente, pero actuar localmente!

lunes, 19 de diciembre de 2011

AL MARGEN

El fin de semana leía en el bus un libro que me prestó una amiga que es PeCh> (o Profesora de Enseña Chile) en el cual un testimonio de otra Profesora describía a sus alumnos con la siguiente frase: "Han vivido siempre al margen, pero no son marginales, sino marginados".

No puedo dejar de pensar en Jesús naciendo entre animales, entre gente sencilla como los pastores, entre extranjeros como los Reyes Magos y en los brazos de una madre soltera, prometida con un carpintero. 
¿Por qué marginamos a aquellos que han sido marginados desde su nacimiento?

Hace algunos años un amigo de Argentina, me envió un correo con una reflexión navideña que me volvió a la mente y al corazón tras leer a la mencionada Profesora por vocación. Les adjunto un párrafo. No dejo de pensar en el pequeño Niño Jesús como un marginado:


"Nacimiento.

Nace en un pesebre. Nace al margen: al margen de todo lugar dónde se debe nacer para que no haya marginado que no esté cerca de Él, para que no haya margen que lo separe de algún ser, para estar al lado de los que nacieron como nació Él, los que viven como Él nació, los que son dejados afuera por los que tenemos un lugar en la sociedad, un lugar donde habitar, los que tenemos puertas para cerrarles a los que son como él fue. […]"




¡Feliz Nacimiento anticipado!

domingo, 2 de octubre de 2011

UN TERCIO

Poco menos de un tercio del total esperado por los países africanos afectados por la peor hambruna en sesenta años fue lo recaudado en la Conferencia de donantes organizada por la Unión Africana (UA).

¿Qué faltó para conseguir esos dos tercios faltantes?

¿No han muerto suficientes niños?
¿No han sufrido por suficientes años?
¿No son personas tan importantes para el mundo?

Preguntas sin dirección. Preguntas que cualquiera (incluyéndonos) puede responder "sí" o "no" y seguir su vida como si nada hubiese pasado.

Y es que siempre nos faltan "dos tercios" para que las ganas no queden en palabras y los actos en intenciones.

1 tercio es escribir sobre esta crisis.
2 tercios es mostrar un video de cómo ayudar.

1 tercio es decir "voy a ir a África a misionar".
2 tercios es hacerlo sin más.

1 tercio es lo que la República del Congo puso en venta del total de sus tierras.
1 tercio de la población africana está infectada con VIH.
1 tercio de los niños del África subsahariana no tienen ningún tipo de escolaridad.

1 tercio es lo que sabemos e imaginamos sobre esta crisis.

UN TERCIO es leer esta entrada.
DOS TERCIOS es donar aquí, aquí o aquí.

miércoles, 17 de agosto de 2011

EL MUNDO EN QUE ESTAMOS

Ese es el mundo en que estamos. Un mundo acostumbrado a que nunca hay suficiente para los que no tienen nada, y siempre hay suficiente para los que lo tienen todo.

(Manfred Max-Neef)

jueves, 9 de junio de 2011

LOS TÍOS

Cuando leí la entrada de Don Enrique no pude evitar traer a mi memoria los rostros que me acompañaron cada semana durante años.
Muchos de ellos murieron de frío en las calles de Temuco. "Tíos" que veía cada semana y con los que tenía largas conversaciones sentados en la vereda. A veces al lado de un improvisado brasero.
"Tíos" que eran mis amigos... no sólo un par de viejitos que visitaba solidariamente. Al revés: eran amigos donde mi corazón necesitaba acudir cada semana.

Hoy he vuelto a las calles motivado por mi amigo Giovanni, y sólo nos hemos encontrado con don José, quien no vive en la calle sino que se quedó sin techo únicamente por esta noche.

Me alegra saber que cada día son menos hermanos en Chile que no tienen hogar, que no tienen calor y que no tienen un pan.
Esperemos que sean cada día menos. Menos, cada vez menos.


No olvido las manos del tío Jorge "Padre Hurtado".
No olvido la voz de Juanito, el "chupao".
No olvido los ojos del "Angora".
No olvido el vientre de la "Panchita".
Ni la sonrisa del "Keco".
No olvido la amistad del "Palao Chanta".
Ni la perseverancia del "Cochano".
No olvidaré jamás la FE de la "Tía Graciela".

La mayoría de ustedes, descansen en paz, amigos...

domingo, 14 de noviembre de 2010

NI OPCIÓN, NI PREFERENCIAL, NI POR LOS POBRES

Cuando ya pensé que el coloquio no me pesaría más, me encuentro con este documento que me pidieron transcribir y que no puedo evitar copiar y pegar en el blog.

Dice Raúl Pariamachi:

Recuerdo a un profesor que… bueno, uno llega a estudiar teología creyendo que efectivamente hay una carta de San Pablo a los Hebreos ¿no? Y el profesor te dice “bueno, eso, ni es carta, ni es de San Pablo, ni es para los hebreos”.

Bueno y en algún momento uno dice la opción preferencial por los pobres llega alguien como Vigil y otros que lo siguen y dice “No, no, no. Ni es opción, ni es preferencial, ni es por los pobres”. ¿No? Parece ser que este es un asunto muy polémico ¿verdad? Pero hay algo de razón en esta tesis ¿no? No es una opción, porque evidentemente no es algo que yo pueda o no pueda hacer. Si yo soy cristiano tengo que hacerlo.

En ese sentido no es opción propiamente ¿no? Pero como dice majaderamente Gustavo “Ya pues así ha entrado, así se ha recibido en la Iglesia, no compliquemos la cosa” dice (ríe). No es solo por los pobres si entendemos “pobre” como aquel que sufre, que es inocente solamente. Entendemos que es el pobre, en cuanto él es una víctima de la injusticia. Y cuando olvidamos esta esencia de la composición de la opción por los pobres, evaporamos la opción por los pobres.

Yo creo que el componente de la injusticia, como bien se ha remarcado, es lo esencial de esta mirada a la opción. Puede sonar duro, pero hay una persona dueña de una gran empresa, tiene una tragedia, sufre, pero bueno, no va a ella dirigida esta opción por los pobres. No sé si me explico bien. Es la gente sufre como consecuencia de una sociedad mal organizada, injustamente mal organizada ¿no? Y por lo tanto, unido a eso, está el tema de que esta opción es por los pobres, pero -como lo dicen hasta el cansancio los teólogos y teólogas de esta línea- es contra la pobreza, es lucha contra la pobreza. La gran pregunta de este último libro de Ronaldo ¿no? Uno lo lee y se da cuenta, si esa preocupación… No es sólo ir donde los pobres, ni siquiera es solo vivir con ellos, sino que producto de eso solidarizarse con ellos es asumir su causa, es pelear con ellos para construir condiciones mejores de vida más digna.

martes, 2 de noviembre de 2010

VOCES INOCENTES

Hace poco vi -dos veces- la película "Voces inocentes" que narra la historia de un niño en medio de la guerra civil salvadoreña en los años 80.

Quiero destacar dos cosas.
La primera es la labor del personaje del párroco del pueblo, a mi juicio, inspirado en la persona de Monseñor Oscar Romero y su labor en El Salvador, siempre luchando por los más pobres y contra la opresión de un sistema que los relega a un último lugar.
Creo que la Iglesia debe tomar como modelo la actitud del sacerdote de este filme. Sin duda una de las escenas más emocionantes de la película es cuando el párroco sentencia en la calle del pueblo "ya no basta con rezar", destacando la capacidad del hombre para transmitir la gracia de Dios, como también la capacidad para convertirla en desgracia.



En segundo lugar, al final de la película, se muestra un dato que conmueve: miles de niños son reclutados por los ejércitos en diferentes países del mundo. Ellos son obligados a luchar por su patria sin saber por qué y sin entender la razón por la que son separados de sus familias.
Una vez más, los niños inocentes, son vulnerados en su infancia por poderes que no responden por los daños y que nunca son culpados.



Por último, lo más triste de la película es la frase "basado en una historia real".

viernes, 1 de octubre de 2010

POBRES PREJUICIOS

Muchas veces he escuchado esto -y reconozco avergonzado que alguna vez lo pensé- cuando se habla de la pobreza y de los pobres se dice que “los pobres son pobres porque quieren serlo”, porque son flojos” o “porque ellos se lo buscaron”… Yo no creo que se así, creo que la pobreza es fruto de una gran riqueza mal distribuida, de una inmensa brecha de oportunidades e “inoportunidades” para ricos y pobres respectivamente, de una Educación mal ejercida, de muchos “pitutos” bien aprovechados.

Sin embargo, si fuera cierto… si realmente los pobres fueran pobres porque quisieran serlo ¿sería malo? ¿Cuántas veces hemos escuchado en la Iglesia que tenemos que esforzarnos por alcanzar la pobreza, por ser sencillos, humildes y desprendernos de todo para entregarnos por entero al Señor? Muchas. Demasiadas. Hay muchos que lo han vivido: San Francisco de Asís en aquellos tiempos, Ronaldo Muñoz en la contemporaneidad.

Podemos concluir que ser pobre porque uno quiere serlo es bueno ¿no?
Entonces ¿Por qué juzgamos a los pobres que también han optado por eso?

Yo creo profundamente que esos pobres que duermen en la calle y viven de limosnas, en lo profundo de su corazón saben que su pobreza es a costa de que otro no lo sea… y eso realmente es muy valorable.

Ahora viene la parte fea… ¿Los ricos quieren ser pobres? Yo creo que no.
Está bien querer ser pobre.
¿Está bien querer ser rico?
Creo también -y ojalá me equivoque- que quienes son ricos en lo profundo de su corazón saben que su riqueza es a costa de que otro sea pobre, y eso realmente es muy triste y desesperanzador.

Pero, bueno… estos son sólo prejuicios.

sábado, 11 de septiembre de 2010

iGLESIA CON MINÚSCULA

Siempre escribimos Iglesia con mayúscula. Personalmente, incluso he corregido a muchos amigos cuando lo escriben con “i” minúscula…
Hoy creo que, como Iglesia, nuestro gran error en la escritura tiene que ver con nuestro gran error en la vida.

Como iglesia nos hemos olvidado de ser pequeños, nos hemos olvidado de que no somos el Reino de Dios, de que no somos La Salvación… escribimos nuestra iglesia con una “I” muy grande, pero ante otros credos no vacilamos en escribir su nombre con minúscula.

Como iglesia nos falta abrirnos a las demás creencias, no digo que apostatemos y nos convirtamos en adeptos de una ética mundial como propone Hans Küng, pero sí tomo como fundamental uno de sus principios: No hay paz mundial sin paz religiosa.

Finalmente -y he aquí lo más grave- como iglesia católica hemos olvidado a aquellos cuyo nombre se escribe con minúscula: los pOBRES… si es que alguien se atreve a escribirlo sin miedo a ser tildado de comunista, socialista o populista.

Escribamos iglesia con “I”, pero no sólo refiriéndonos a la nuestra.
Y por sobre todo escribamos con mayúscula el nombre de los pobres, y escribámoslo a fuego en nuestros corazones.

domingo, 5 de septiembre de 2010

PIEDRA EN EL ZAPATO

En el coloquio sobre Ronaldo Muñoz del que ya os hablé, el Padre Enrique Moreno, también de la Comunidad de los Sagrados Corazones, dijo algo que me hace sentido en mi inexplicable admiración por el sacerdote recordado: "Ronaldo era un provocador, al estilo de Cristo... Fue una piedra en el zapato para el gobierno de Aylwin, pues nos recordaba a los más necesitados de quien nadie quería acordarse".

Siempre me ha apasionado el tema de estar inquieto espiritualmente y creo que Ronaldo en ese sentido se encargaba, no sólo de estar siempre inquieto, sino de que otros también lo estuvieran...

¡Seamos, a ejemplo de Ronaldo, piedras en los zapatos del mundo!



La foto es sacada del excelente blog de Anna Serrat, se los recomiendo.

miércoles, 14 de abril de 2010

KEVIN SANTANA (De la caja roja 3)

Hace más de un año dejé de hacer algo que debería volver a hacer: visitar durante la noche a la gente que deurme en las calles (lo que llamábamos con mis amigos "Once fraterna"), los extraño mucho, pero me alegra el hecho de que cuando dejé de visitarlos eran ya muy pocos gracias a la acción de muchos hermanos del Hogar de Cristo, de la iglesia Evangélica y demases...
Esto tiene que ver con eso. Fue escrito el 27 de Noviembre de 2006:


Ese es el nombre de un niño que nos tocó conocer el jueves en la feria, en once fraterna.
Tiene 12 años y no tiene problema en decir que durante el día “machetea plata” y además roba “pero no a los pobres” sino a los ricos.
Duerme en la calle junto a otros tíos y dice que con lo que roba les regala “pancito a ellos”.
Siempre es impactante ir a once fraterna, pero es aún más fuerte ver a un niño durmiendo en el asfalto con una frazada y entremedio de tres adultos.
Solo espero que Kevin y todos esos niños que hay en la calle encuentren un hogar en Cristo y María; que, si algún día Kevin Santana lee esto ya no esté en la calle y ya no esté robando.

miércoles, 24 de marzo de 2010

EN LA CANCHA SE VEN LOS GUERREROS.


“Guerreros” se llama el nuevo programa de TVN (Televisión Nacional de Chile) cuyos capítulos relatan la vida de algunos seleccionados chilenos del equipo de fútbol, muchos de ellos con un origen pobre y una historia cargada de esfuerzo.
Me hace mucho ruido ver hoy a esos “guerreros” conduciendo un Chevrolet Camaro, viajando de país en país o viviendo en mansiones de lujo.
Ellos, sin duda, han ganado su guerra, pero ¿Cuántos hay que siguen luchando en el anonimato? ¿Cuántos guerreros han luchado con todo su esfuerzo y han sucumbido ante la pobreza?

Pienso en Graciela Belmar que luchó su guerra y después de trabajar durante casi 30 años, noche a noche cuidando una galería en el sector más peligroso de la ciudad por un sueldo mucho menor al mínimo y un riesgo mucho mayor al máximo. Ella ganó la batalla de la “casa propia”, pero estuvo lejos de ganar la de la pobreza.
Pienso en el “Tío Jorge” -o el “Padre Hurtado” como le llamaban sus amigos, porque acogía a todos los que se lo pidieran en su pequeño y húmedo colchón- que luchó su propia guerra en la calle hasta el día de su muerte con la convicción de que se iría de ahí el día en que todos sus compañeros indigentes estuvieran en un lugar digno. Él no ganó esa guerra y muchos de sus amigos fueron testigos de su partida.
Pienso en el “Vitito” que, privado de libertad en Puente Alto, confiesa haber asaltado ese banco para mantener a su “señora” y a su hijo. Él, a diario, lucha la guerra contra la vida tras los barrotes. Cuando cumpla su condena deberá luchar contra la falta de oportunidades, contra la discriminación y, una vez más, contra la pobreza.
Pienso en Claudio de Carahue, que junto a su pequeña hija y su joven esposa emprendieron el camino del matrimonio y la familia. Viven en la humilde casa de su hermana que se ha quitado la vida hace poco. Él trabaja como operador de maquinaria pesada en una empresa forestal y por esa razón debía arreglárselas con 9 dedos en sus manos. Llega a casa cada noche cansado y con la esperanza de que su hija esté despierta. Claudio sigue luchando su guerra contra la pobreza y existe un alto porcentaje de probabilidades de que la pierda.

Ellos son Guerreros dignos de un programa de televisión. Ellos son “guerreros del 2010”, del pasado, del presente, pero ojalá que puedan descansar de la lucha en el futuro.

viernes, 19 de febrero de 2010

¿TE ATREVES A LEERME?

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Si un enamorado desafiara a la mujer que ama a besarla
seguramente se le tildaría de osado.
Si una madre desafiara a su hijo a estudiar
podríamos entenderla como exigente.
Si un vendedor desafiara a un cliente a comprar su producto
probablemente sería considerado creativo.

¿Y si un niño de la calle nos desafiara a ayudarlo?


Canción para un Niño de la Calle
Letra y música: P. Alex Vigueras, SS.CC.

Tu casita es de cartón
las estrellas son tu cielo,
tu jardín es de cemento y el sol
tu compañero de juego.

En palacio de cartón nació el amor.
En palacio de cartón nació el amor.

¿Quién te peina en las mañanas?
¿Quién te abriga en los inviernos?
¿Serán las alas del pájaro azul
que conociste en tus sueños?

miércoles, 3 de febrero de 2010

La Iglesia que amo

Pocas catedrales de canto y oro,
Muchas capillas de barro y tabla.

Pocos ricos adiestrados a la indiferencia,
Muchos pobre expertos en pasión compartida.

Pocos letrados calculadores y prudentes,
Muchos sencillos que saben de fe y esperanza.

Pocos doctores muy seguros de su doctrina,
Muchos testigos que escuchan de verdad.

Poco poder de fariseos y sacerdotes de carrera,
Mucho servicio huidle a los hermanos más pequeños.

Pocos proyectos de dólares y marcos,
Muchas mingas de sudor y canto.

Pocas bendiciones de armas, bancos y gobiernos,
Muchas marchas de paz, justicia y libertad.

Poco temor al Dios del castigo y de la muerte,
Mucho respeto al Dios del amor y de la vida.

Poco culto de espaldas al pueblo
A Cristo rey eterno en las alturas.

Mucho amor y seguimiento a Jesús el de María,
Compañero, Hijo, Profeta, Hijo del Padre.

Poco, cada vez menos,
Mucho, cada vez más.

Poema del Padre Ronaldo Muñoz sscc escrito el 14 de Abril de 1983. Publicado en “Llamados desde el pueblo”, Ediciones Paulinas - Rehue, 1990, Santiago de Chile

lunes, 21 de diciembre de 2009

Pesebre

Siempre Navidad es el momento ideal para pedirle al niño Dios que renazca en mi corazón, pero ¿Qué me hace pensar que eso pasará, cuando conozco mejor que nadie lo poco digno que soy?
No pierdo la esperanza de que Él venga y convierta mi corazón pequeño e indigno en un Pesebre como el de Belén.

¿Por qué?
Porque el Pesebre también era pequeño, como mi corazón. En él nunca cabría la grandeza de Dios, y sin embargo sí cupo y Jesús nació ahí.
Porque el Pesebre era sucio, como mi corazón. Estaba lleno de polvo, tierra, paja y piedras. No era puro, y si nacía el Niño ahí se ensuciaría, y sin embargo fue el niño que lo purificó con su luz y lo convirtió en un lugar pulcro.
Porque el Pesebre era indigno, como mi corazón. Era el lugar menos digno en la más indigna de las ciudades. Pero ¿Qué lugar hubiese sido digno para que naciera Dios al mundo? Seguramente ninguno.
Porque el Pesebre estaba lejos de los demás. Sólo algunos privilegiados pastores y paganos estuvieron ahí junto a José y María, pero no hubo espacio para las demás personas, al igual que en mi corazón egoísta.
Porque el Pesebre fue escogido por descarte, era el único lugar disponible. Era el último lugar porque no había espacio en ninguna posada, porque nadie quiso dejar su espacio para el Niño Dios.

Si naciste en ese lugar pequeño, sucio, indigno, egoísta ¿Cómo podría perder la esperanza de que nazcas en mi pesebre interior, en mi corazón? ¡Haz de mi corazón tu Belén, Jesús!

viernes, 18 de diciembre de 2009

En Busca del Pobre

Hace tres días falleció el Padre Ronaldo Muñoz sscc, el "teólogo de los pobres". Dedicó su vida a acercar a la Iglesia hacia los que más sufren y a crear conciencia de la riqueza cristiana en Latinomérica.
Ronaldo, estas palabras -que escribí hace meses- te las dedico y te agradezco lo que aprendí de ti, lo que seguiré aprendiendo y descubriendo cada vez que tome uno de tus libros escritos desde el Pueblo.
Descansa Padre.



En busca del Pobre


Que el hombre busque a Dios constantemente a lo largo de su vida no es ningún misterio ni nada nuevo. Desde hace mucho tiempo muchos filósofos y sabios han dedicado sus vidas para argumentar y sostener esta tesis.

Que el cristiano quiera encontrar a Cristo en otras personas tampoco lo es, especialmente nos gusta ver a Cristo en el “pobre”, en el “otro”, en ese que se nos presenta como muy miserable. Constantemente salimos en busca del pobre para encontrar a Jesús, para ver en su rostro sufriente y sentir que lo acompaño en ese sufrimiento.

Muchas veces visitamos a los mendigos, vamos a misionar comunidades de escasos recursos, construimos mediaguas y damos limosna en la calle… en mi experiencia en dichas situaciones he descubierto algo maravilloso: ellos nos son pobres. Estamos tan condicionados y acostumbrados a medir todo en base a lo meramente terrenal que no somos capaces de ver la riqueza en esas personas a las que “vamos a ayudar”.

¿Podría ser pobre una señora que, a pesar de no tener piso de madera en su casa, tiene una fe y una vida de oración más profunda que la de un misionero? ¿Podría necesitar algo más esa mujer? ¿Es pobre una abuelita que trabaja de guardia en una galería durante las noches por más de 30 años y, aún así, agradece a Dios todos los regalos de este día en medio del frío y de la oscuridad? No he conocido a nadie con más fe que ella, con más amor al Padre y capaz de demostrarlo a cada persona que saludara.

¿Cuántas de esas personas que antes hemos llamado “pobres” irradian una inmensa alegría? ¿A cuantas de ellas podría considerar plenamente felices? Me atrevería a decir que todas si no supiera que muchas de ellas están lejos de sus familias y eso entristece su corazón, pues ellos son capaces de valorar lo que realmente importa… pero sí, ellos son felices.

Más profundamente, hay cosas sustanciales que nos diferencian de ellos:

Ellos…

1.- Han dejado de darle valor a las cosas materiales. Cuando algo material que no tienen aparece como regalo lo agradecen, lo disfrutan y le sacan el máximo de provecho, pero no lo consideran indispensable… sin embargo han logrado valorar lo que realmente importa: la familia, los amigos, los momentos felices, Dios, una sonrisa…

2.- Ellos creen sin ver; no necesitan “meter la mano en la llaga” (Jn 20, 27); no ponen pruebas ni menos exigencias a Dios… a pesar de su condición de miseria -material- creen profunda e incondicionalmente en Dios, tienen esperanza (y sin duda eso los mantiene felices, despiertos) y tienen fe. “Dichosos los que creen sin haber visto” (Jn 20, 29) porque ¿Qué merito tiene creer en Dios si lo tengo todo? En dicha situación ¿Cómo podría no creer en Él?

3.- Ellos dan todo lo que tienen… las pruebas de amistad y cariño entre ellos son únicas. Comparten todo lo que tienen dándonos una lección de lo que realmente significa la palabra “Comunión”, ello se sientan de corazón en la misma mesa… no dan lo que les sobra, sino lo que les falta.

4.-Ellos prescinden de nosotros. No hay duda de que nos ven como un gran y gratuito regalo, pero no somos sus “héroes” ni sus “salvadores”. En cambio ¿podríamos nosotros prescindir de ellos? ¿Dónde encontraríamos a ese Cristo sufriente sino en sus rostros, sino en sus manos?

Por otro lado, Nosotros…

1.- Creemos en nosotros mismos… los pobres creen incondicionalmente en el padre Dios, a pesar de que Él “no les ha dado nada”, mas nosotros creemos en nosotros mismos cuando Dios nos “ha dado todo”. Cuando fallamos solemos preguntarnos “¿Por qué Dios me ha hecho esto?”, pero cuando ganamos algo nos adjudicamos ese triunfo a nosotros mismos y no damos ningún crédito al Señor o a la Divina Providencia.

2.- Nosotros necesitamos de ellos.
Como ya dijimos antes ¿Dónde encontraríamos a Cristo sino en ellos? Es más, necesitamos sentirnos bien con nosotros mismos y por eso salimos a su encuentro; solo así podemos sentir que estamos haciendo algo bueno. No hay duda de que con el tiempo ese sentimiento cambia, así como el hecho de encontrar a Cristo en otras personas, incluso en uno mismo.

3.- Nosotros valoramos y necesitamos de las cosas materiales. Sin ellas nos es imposible vivir. Lamentamos la pérdida de un teléfono celular como si no supiéramos que se puede reemplazar. Nos cuesta despojarnos de nuestras pertenencias, llegamos a sentir cariño y hasta obsesión por ellas. No nos damos cuenta que lo material nos impide llegar a lo espiritual, ni que lo espiritual nos ayuda a prescindir de lo material.

4.- Nos hundimos en problemas superficiales, fijamos nuestra mirada en banalidades. Perdemos la esperanza porque se cierra una puerta y no vemos las cientos que quedan por abrir…
Esto es signo de nuestra falta de fe ¿Será posible que sintamos que la fe es necesaria solo si no tenemos nada? ¿Solo estando en el fondo del abismo?

5.- Nosotros, por último, no podemos prescindir de nosotros mismo. Siempre estoy yo en primer lugar cuando Jesús nos pide precisamente lo opuesto: “Niéguese a sí mismo” (Lc 9,23).

Por lo tanto, me atrevo a decir que nosotros somos los pobres, porque nosotros no somos felices a causa de nuestro egoísmo y nuestra falta de fe, es decir, de nuestra falta de Dios… Entonces no estamos en un error cuando queremos ir si, cuando queremos ir en busca de Dios, acudamos a nuestros hermanos “pobres”, mas si estamos en un error catastrófico si pretendemos llevar a Cristo a esas personas, cuando en lo profundo de nuestro corazón sabemos que vamos a buscarlo.

Álvaro Almendra Soto
23 Marzo 2009

jueves, 29 de octubre de 2009

David, el más pequeño (1Sam 16, 11)

Como cada Domingo, David va a Misa a Ayinrehue.

David es un hombre de alrededor de 35 años que vive en la calle. Tiene claros problemas motrices, le cuesta comunicarse y su salud mental no es óptima.

David participa atento de la Misa, pero más que estar pendiente de lo que dice o hace el sacerdote, está muy pendiente de todos quienes están a su alrededor. Se para junto a la puerta y la abre y cierra a cada persona que entra, sin importar que esta llegue atrasada, sea indiferente con él o lo mire con desprecio. David está siempre atento a lo que la gente necesita y no espera nada a cambio.

No obstante, David, pone su mirada en el altar y en la liturgia por un momento, el momento más importante: la Consagración. Desde ese minuto nada parece importarle más, se arrodilla al igual que todos, guarda silencio y agacha la mirada como sabiendo el respeto y solemnidad que la situación amerita. Ignoro si alguna vez comulga como todos... probablemente no se siente digno por estar mal vestido y sucio a diferencia del resto que lucen sus mejores tenidas en La Más importante de las fiestas. Mas, mi buen David ¿No sabes que lo verdaderamente importante es la pureza del corazón? Esa es la única tarjeta de invitación que sólo Dios puede hacerte llegar.

David vuelve a estar atento al resto tras la Comunión. Se acerca el momento de cumplir una de sus importantes tareas. Cuando el Santísimo es llevado de vuelta al tabernáculo, David abre la puerta del salón y luego apura el paso para abrir la puerta del Santuario. El Santísimo es guardado en el tabernáculo y David regresa a la Misa, al lugar de siempre: de pie junto a la puerta al fondo de la sala, solo.

David, tú eres el más pequeño entre tus hermanos, pero el más grande ante los ojos de Dios, porque tú pones la mirada en lo más importante: el prójimo y el altar. Tú eres más digno de Cristo que muchos de los que les abres la puerta cada Domingo.

David, tú pronuncias palabra sólo para preguntar lo que relamente importa, y, aunque sabes la respuesta no te cansas de oírla para nunca olvidarla: "¿Cuándo hay misa?".

Gracias David.