viernes, 1 de octubre de 2010

POBRES PREJUICIOS

Muchas veces he escuchado esto -y reconozco avergonzado que alguna vez lo pensé- cuando se habla de la pobreza y de los pobres se dice que “los pobres son pobres porque quieren serlo”, porque son flojos” o “porque ellos se lo buscaron”… Yo no creo que se así, creo que la pobreza es fruto de una gran riqueza mal distribuida, de una inmensa brecha de oportunidades e “inoportunidades” para ricos y pobres respectivamente, de una Educación mal ejercida, de muchos “pitutos” bien aprovechados.

Sin embargo, si fuera cierto… si realmente los pobres fueran pobres porque quisieran serlo ¿sería malo? ¿Cuántas veces hemos escuchado en la Iglesia que tenemos que esforzarnos por alcanzar la pobreza, por ser sencillos, humildes y desprendernos de todo para entregarnos por entero al Señor? Muchas. Demasiadas. Hay muchos que lo han vivido: San Francisco de Asís en aquellos tiempos, Ronaldo Muñoz en la contemporaneidad.

Podemos concluir que ser pobre porque uno quiere serlo es bueno ¿no?
Entonces ¿Por qué juzgamos a los pobres que también han optado por eso?

Yo creo profundamente que esos pobres que duermen en la calle y viven de limosnas, en lo profundo de su corazón saben que su pobreza es a costa de que otro no lo sea… y eso realmente es muy valorable.

Ahora viene la parte fea… ¿Los ricos quieren ser pobres? Yo creo que no.
Está bien querer ser pobre.
¿Está bien querer ser rico?
Creo también -y ojalá me equivoque- que quienes son ricos en lo profundo de su corazón saben que su riqueza es a costa de que otro sea pobre, y eso realmente es muy triste y desesperanzador.

Pero, bueno… estos son sólo prejuicios.

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