Cuando leí la entrada de Don Enrique no pude evitar traer a mi memoria los rostros que me acompañaron cada semana durante años.
Muchos de ellos murieron de frío en las calles de Temuco. "Tíos" que veía cada semana y con los que tenía largas conversaciones sentados en la vereda. A veces al lado de un improvisado brasero.
"Tíos" que eran mis amigos... no sólo un par de viejitos que visitaba solidariamente. Al revés: eran amigos donde mi corazón necesitaba acudir cada semana.
Hoy he vuelto a las calles motivado por mi amigo Giovanni, y sólo nos hemos encontrado con don José, quien no vive en la calle sino que se quedó sin techo únicamente por esta noche.
Me alegra saber que cada día son menos hermanos en Chile que no tienen hogar, que no tienen calor y que no tienen un pan.
Esperemos que sean cada día menos. Menos, cada vez menos.
No olvido las manos del tío Jorge "Padre Hurtado".
No olvido la voz de Juanito, el "chupao".
No olvido los ojos del "Angora".
No olvido el vientre de la "Panchita".
Ni la sonrisa del "Keco".
No olvido la amistad del "Palao Chanta".
Ni la perseverancia del "Cochano".
No olvidaré jamás la FE de la "Tía Graciela".
La mayoría de ustedes, descansen en paz, amigos...
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