martes, 27 de julio de 2010

TODO TUYO

Llegué ayer de Curanilahue y me encontré con una mate traído por mi tía Ma Alicia desde San Pedro de Atacama como regalo para mí.
Dentro de él había una estampita que me trajo desde el Santuario de Santa Teresita de los Andes, Auco. Decía lo siguiente:

¡Virgen, Madre de mi Dios,
haz que yo sea todo tuyo!
Tuyo en la vida,
tuya en la muerte,
tuyo en el sufrimiento,
tuyo en el miedo
y en la miseria,
tuyo en la cruz
y en el doloroso desaliento,
tuyo en el tiempo
y en la eternidad.
Virgen, Madre de mi Dios,
¡haz que yo sea todo tuyo!
Amén.

¡Esta es la oración con que Juan Pablo II consagró su pontificado y miren todo lo que logró! Esta es la actitud que quiero conquistar a ver si logro lo mismo, o más.
Ya os contaré de mis vacaciones muy poco descansadas y muy trabajadas... ¡y muy felices por lo mismo!

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