Para los pobres, la Educación es la única oportunidad para surgir.
Para la clase media es la oportunidad para que los hijos sean lo que los padres no pudieron ser.
Para los ricos la Educación es el camino para cumplir la obligación de no ser menos en la familia.
Para todos, la Educación es importante. Y creo que hoy las movilizaciones protagonizadas por estudiantes secundarios y universitarios tan radicales en nuestro país tienen su raíz en ese pensamiento. A veces no sabemos muy bien como expresarlo o cómo encausarlo y terminamos hablando sin fundamento y con ánimo, haciendo destrozos sin razón y con rabia, actuando sin pensar y con pasión...
Al parecer hace falta volver al concepto de Educar en una de sus raíces etimológicas (del latín ex ducere; ex = sacar; ducere = guiar, conducir hacia su pleno desarrollo). Como Profesores necesitamos creer en nuestros estudiantes, confiar plenamente que podemos sacar lo mejor de cada uno de ellos, y para eso necesitamos creer que Dios ha puesto algo muy bueno en su interior, en su corazón. Si no tenemos esto, difícilmente podremos Educar.
Como estudiantes tenemos que tomar en serio nuestros procesos de aprendizaje, entendiendo que la Educación es para la vida, para nuestro propia felicidad, para crecer en sabiduría (en su raíz etimológica).
Si queremos una Educación de calidad, necesitamos Estudiantes y Profesores de calidad. Tomémonos en serio estos papeles.
Estos son los riesgos de educar sin creer (en Dios, en los educandos, en los educadores, etc., etc.)
Fotografía tomada de uno de mis blogs de fotografía preferidos.