jueves, 6 de octubre de 2011

NI ESCLAVA, NI AMA


“Ni esclava, ni ama” decía una pared dentro de una sala en la Universidad luego de la “toma” en el marco de las movilizaciones estudiantiles. Esta situación me ha dado vueltas en la cabeza desde hace un tiempo.

¿Por qué tenemos tanto miedo a la verticalidad? Creo que hay un mal concepto de democracia entre nuestra juventud y nuestra sociedad, y existe una sobrevaloración de la horizontalidad; luchamos para que todos seamos iguales (en términos de género, derecho, etnia, etc.); nos esmeramos por “tutearnos” con todos y evitar las formalidades como el uso del “usted”… ¿Dónde queda lo especial de cada uno, la particularidad de cada persona? ¿No hemos repudiado por años a los nazi o a los regímenes comunistas o socialistas extremos cuando han querido imponer una falsa igualdad?

No queremos ser esclavos, pero tampoco queremos ser amos. No queremos ser poco, pero tampoco queremos ser mucho. No queremos que decidan por nosotros, pero tampoco queremos tomar decisiones.

El problema radica en una mala entendida AUTORIDAD. Creemos que la autoridad es mala, es signo de represión y opresión.  Pero la autoridad es una realidad natural del hombre, necesaria e -incluso- inevitable.

Es más. Hasta en Dios está presente la autoridad, como decía hace algunos días atrás mi amigo EJ. Jesús es HIJO, y eso no lo hace ser peor o menor que el PADRE, al contrario, justamente lo que hace especial a Cristo es que todo le viene de su “Abbá”, que es autoridad para Él.

Ahora, es cierto que la autoridad se gana con actos, se cultiva, se educa... no se recibe.

Es curioso pensar que Cristo es, de hecho, SIERVO y SEÑOR.




2 comentarios:

  1. La autoridad atrae y es descanso del alma..pero se confunde tantas veces con el autoritarismo.....una pena.

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  2. Es verdad... ¡Qué difícil no confundirse! ¿Verdad?

    Gracias por pasar por aquí

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