Veo en mi facebook una gran cantidad de "Feliz día papá" que dedican mis amigos a sus padres. Yo nunca puse ni pondré uno, porque nunca tuve un papá presente, porque ha nadie le he dicho papi, y nunca lo haré porque mi padre biológico ya murió hace algunos años. Digo "biológico" porque han habido muchos padres espirituales, morales, intelectuales...
No obstante lo triste que pueda parecer este primer párrafo me alegro por quienes pueden abrazar fuerte a su papá y decirle "Feliz día", o "te amo", o ambas; o incluso por quienes pueden escribirlas en el muro de facebook. Es más, a veces me da pena ver cómo quienes teniendo a sus papás los tratan mal, los ignoran o se sienten avergonzados de ellos...
Pienso que esa falta de figura paterna, en alguna medida, me podrá perjudicar en mis relaciones personales. Pienso que hubiese sido bueno tener a alguien que te enseñe a picar leña, a manejar un auto, o a jugar fútbol, o tener a alguien que me hable de sexualidad desde una mirada masculina...
A pesar de todo esto, pienso que no fue tan malo no tener papá.
Creo que ese anhelo por ser padre tan profundo que tengo en mi corazón surge desde esa carencia... o -como lo he dicho antes- tal vez proviene justamente de alguna muy buena experiencia con mi papá siendo guagua. No lo sabré jamás. Lo que sí tengo claro es que no tener papá me impulsará a ser un gran papá, a nunca abandonar a mis hijos, a no fallarles. Descubrir un modelo de padre -como lo hizo el Padre Kentenich- por contraste.
Creo profundamente que el hecho de no tener papá me llevó a esa incesante búsqueda de Dios. Aunque a pesar de que ya sé dónde y cómo buscar, esa inquietud sigue viva y no termina hasta la muerte. Y eso es bueno, eso me alegra.
Cuando sea papá este será mi himno.