lunes, 27 de octubre de 2014

TU ALIANZA

Más de alguna persona acudió a mí para preguntarme por las actividades del aniversario número 100 de Schoenstatt en el Santuario de Ayinrehue, Temuco. Me dio gusto ver a mucha gente que no participa del movimiento hace tiempo, o que ya ni siquiera va a la Iglesia... Me alegró darme cuenta que siempre hay un “bichito” en el corazón que no deja de inquietar, una llama que no deja de quemar, aunque sea débil y a veces parezca apagarse… En definitiva, me alegró darme cuenta que María es fiel a la Alianza de Amor.

Hace unos días, antes del Centenario, un gran amigo con el que no hablaba hace tiempo me preguntó cómo estaba mi vida en Schoenstatt, me preguntó por las actividades del jubileo en Temuco y de qué manera estaba yo contribuyendo a este evento. La verdad es que no pude mentirle “he estado súper perdido de eso, porque no estoy en ninguna rama y no me llega la información”. Lo sé, la excusa es bien pobre. Muy sabiamente me respondió “más allá de las ramas y las actividades primero está tu alianza”. No tuve nada que decirle. Tenía razón. Sin embargo gracias a eso pude descubrir lo pequeño y poco fiel que he sido en este tiempo y, por lo tanto, lo grande y fiel que ha sido María en esta Alianza de Amor. Ella es quien se mantiene fiel, no yo.

En ese sentido, a pesar de mis debilidades y pequeñeces, de mis miserias y faltas, es María quien sostiene la Alianza con su fidelidad. Y en ese sentido, me quedo tranquilo porque sé que cuando me aleje, Ella buscará la forma de reconquistarme y hacerme volver a mi Alianza. Ella buscará a alguien que me recuerde que “primero está mi Alianza”, como lo hizo este 18 de Octubre conmigo y con tantas personas que volvieron a cobijarse bajo la sombra del Santuario, que volvieron a transformarse en sus manos, y que salieron con ese fuego en el corazón dispuestos a volver.

Gracias Mater, por estos 10 años de Alianza, por estos 20 años en Schoenstatt, por estos 100 años de gracias.


lunes, 13 de octubre de 2014

Nunca dejas de regalar

Hace unas semanas atrás me propuse regalarle algo a la Mater antes del Centenario de Schoenstatt.
Quería un regalo visible, algo significativo en un lugar importante para mí, mi habitación. Quienes me conocen saben cuánto me gusta ese lugar por todo lo que he invertido en él.

Hoy terminé ese regalo hace solo unos minutos y me sorprendo de ver cómo la Santísima Virgen no deja de regalarme alegrías aún cuando yo era el que pretendía obsequiar algo.

Hice un recorrido de todos los santuarios que conozco y los pinté en una pared de mi pieza, luego puse bajo ellos el nombre y el año en que los visité.

En primer lugar, me di cuenta que han pasado 20 años desde que conozco a la MTA en el Santuario.
Luego me di cuenta que mi Alianza de Amor la sellé el año 2004, hace casi 10 años. Justo en el medio de toda esta vida de la mano de la Mater.
Y finalmente me di cuenta que son 20 años y son 20 los santuarios que conozco.

Dios es tan misterioso para actuar.
María es tan sutil para hablar.
Yo soy tan ingenuo al querer regalar.







lunes, 6 de octubre de 2014

Cuando...

¿Cuándo siento que Dios me acaricia? Cuando en una fría mañana, voy en la micro y un rayo de sol me cae en el rostro.
¿Cuándo siento que Dios me da aliento? Cuando estoy picando leña y huelo el rojizo interior de un leño seco.
¿Cuándo siento que Dios me abraza? Cuando tú me abrazas.