lunes, 13 de octubre de 2014

Nunca dejas de regalar

Hace unas semanas atrás me propuse regalarle algo a la Mater antes del Centenario de Schoenstatt.
Quería un regalo visible, algo significativo en un lugar importante para mí, mi habitación. Quienes me conocen saben cuánto me gusta ese lugar por todo lo que he invertido en él.

Hoy terminé ese regalo hace solo unos minutos y me sorprendo de ver cómo la Santísima Virgen no deja de regalarme alegrías aún cuando yo era el que pretendía obsequiar algo.

Hice un recorrido de todos los santuarios que conozco y los pinté en una pared de mi pieza, luego puse bajo ellos el nombre y el año en que los visité.

En primer lugar, me di cuenta que han pasado 20 años desde que conozco a la MTA en el Santuario.
Luego me di cuenta que mi Alianza de Amor la sellé el año 2004, hace casi 10 años. Justo en el medio de toda esta vida de la mano de la Mater.
Y finalmente me di cuenta que son 20 años y son 20 los santuarios que conozco.

Dios es tan misterioso para actuar.
María es tan sutil para hablar.
Yo soy tan ingenuo al querer regalar.







No hay comentarios:

Publicar un comentario