sábado, 6 de agosto de 2016

LA INVITACIÓN

Hace un tiempo esto me hubiese enojado. Pero hoy me alegra. Me alegra mucho.

Día miércoles. Misa de 6º a 8º básico.
Hago la fila para comulgar y delante mío va NA.
Él va atento a los demás, va mirando a la gente que está sentada en las bancas.
No pretende saludar, no pretende ser popular entre sus compañeros, no quiere figurar.
Solo quiere compartir lo que él ama, lo que a él le da alegría, lo que él sabe que es importante: comulgar.
Con un gesto pequeño que hace con su mano, invita a sus amigos a unirse a la fila. Le va mal con la mayoría... justamente porque él sabe a quien invitar: a los más desordenados, a los que están más lejos, a los que tienen miedo, a los que tienen dudas, a los pecadores, es decir, a los que requieren de Jesús, como Él mismo dijo (Lc 5, 31).
Más de alguno acepta su invitación, rompe con su timidez y se acerca al Señor.
Con eso basta. NA lo ha logrado. Cumple su objetivo... y, sin saberlo, logra una gran sonrisa en su Profesor.
Ahora espera el próximo miércoles para seguir invitando.
Ahora espero el próximo miércoles para hacer lo mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario