Las catequistas
están preocupadas.
Este grupo
de niños es muy desordenado.
Sus papás no
se muestran comprometidos con el sacramento
y los niños
replican esa actitud.
Carolina,
una de las catequistas, ha hablado con los papás,
pero no ha
habido cambios.
Ellas tienen
duda si merecen el sacramento.
Les cuesta
decirlo delante del padre,
pero barajan
una drástica opción:
expulsar a
algunos de los niños del grupo.
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