Me cuesta creer en los jóvenes cada día más. Están vacíos de ideales y escasos de sueños.
Pero algunos se encargan de devolverme esa esperanza.
Ese día JA llegó en su camioneta y traía una imagen de María junto a él. Pero la traía en un lugar especial, como Ella merece: en el asiento de copiloto hasta con el cinturón de seguridad puesto. Me saludó y me dijo orgulloso "mira con quien vengo".
Gracias JA por encender ese fuego en mi corazón que a veces amenaza con apagarse.
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