lunes, 29 de enero de 2018

LA INVERSIÓN DEL PAPA (El Papa I)



Cuando se supo que el Papa Francisco vendría a Chile hace muchos meses atrás, hubo una gran alegría en mi corazón y, me pareció muy obvio, que todo Chile estaría alegre. Sin embargo, a pesar de que hubo gran manifestación de felicidad en un grupo importante de chilenos, lo que marcó la noticia -lamentablemente- fue la cantidad de dinero que se gastaría en dicha visita. Me da mucha pena… creo que esto nos desenmascara como país en cuanto a lo enfermos de consumismo que estamos. ¿No sería más importante preguntarse qué mensaje nos daría el Papa? Juan Pablo II vino hace 30 años ¡Sí! ¡30 años! Evidentemente hubo un cambio importante en nuestro escenario patrio y el mensaje que entregó Juan Pablo sería muy distinto al de Francisco.

Quiero partir diciendo esto: me da mucha pena que todo se centre en la plata.

Pero, ya que estamos hablando en término económicos quiero decir lo siguiente: no usaré el mediocre criterio de “en Lollapalooza o en un partido de la selección chilena se gasta lo mismo, porque me parece que ambas actividades cumplen el mismo objetivo que la visita del Papa: alimentar el espíritu.
Tampoco expondré el argumento de “en la visita del Papa a Colombia, finalmente, se ganó más de lo que se gastó por ingresos en turismo y ventas”, porque, aunque es verdad, sigue poniendo al dinero en el centro de esta visita y no es ese el centro.

Me parece que la visita de Francisco a Chile es una inversión. Sí, una inversión. Pero no en dinero, claro. Sino, en primer lugar, en humanidad. Y ¿cómo no? si el Papa en su forma de tratar a los demás, a pesar de ser uno de los líderes más importantes del mundo, es humano, sencillo, cercano, algo que tanto nos hace falta y que el Papa vino a mostrar.

Esta visita es también una inversión en dignidad. Lo que dijo en la cárcel de mujeres (estudiar la ley que obliga a las madres internas a dejar a sus hijos a los dos años), lo que dijo a los jóvenes (entender la razón por la cual están siempre conectados y verlo como una virtud), lo que dijo aquí en Temuco (valorar a los pueblos originarios y convertirnos en artesanos de unidad)… todo su mensaje tiene que ver con dignificar al ser humano. No a “endiosarlo”, pues él mismo parte siempre diciendo que es humano y que se equivoca, pero sí a reconocer en él la grandeza que viene de Dios.

Finalmente, creo necesario discutir la opinión de muchas personas que argumentaron que la cantidad de dinero que se gastó en la visita del pontífice pudo gastarse en ayudar a los pobres. Pues quiero contarles que las personas que ayudan a los más necesitados no van a dejar de hacerlo porque viene el Papa, muy por el contrario, con todo lo que Francisco dijo, lo harán con más ahínco y se sumarán muchos más.


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