Hoy* estaba esperando a NJ en el Terminal de buses y mientras ella llegaba me detuve a observar a la gente. Por alguna razón distinguía inmediatamente a la gente que no era de la ciudad, a la “gente de campo”. Pensé primero que era su aspecto, su ropa, su manera de caminar… pero no. Era algo más determinante.
La semana pasada fui a Misiones a una localidad bastante rural y también noté esa característica especial en esas personas: todos ellos caminan a paso lento, nada los apura, nada es tan importante como saborear cada momento de la vida.
Ellos sí poseen gran sabiduría.
(*): En verdad no fue HOY. Lo escribí hace días, antes de irme a Misiones Familiares.
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