Durante el almuerzo, conversando con -aunque en verdad debería decir escuchando a- los dos profesores de Religión en el liceo (uno católico y otro evangélico) sobre quiénes alcanzaban la salvación y quiénes no, surgió un tema muy interesante.
- Uno no sabe a quien se encontrará allá arriba.- dijo uno.- Tal vez incluso los que uno menos se imagina estarán allá, y los que más pensaría encontrar, no estarán.
- Claro. -respondió el otro.- Pero ¿cómo saber eso? Para llegar al Cielo hay que conocer a Cristo... Fíjate que yo creo que lo principal para seguir a Jesús es tener una experiencia de encuentro con él. Yo, porque mi hijo quería hacer la Primera Comunión, comencé a ir a reuniones a la Iglesia, aunque antes no tenía ningún interés. Ahora mi hijo no está ni ahí y yo me convertí en Profesor de Religión, porque efectivamente tuve esa experiencia de encuentro.
- Es que es diferente tener una experiencia de encuentro con Él, a convertirse en un seguidor, en un discípulo de suyo. Ya ves tú al joven rico (Lc 18, 18 - 27), quien tiene un encuentro personal con el Señor, pero no lo sigue...
- A diferencia de Bartimeo o Zaqueo. Tienes razón.
Para ser seguidor de Cristo, ser Discípulo Misionero, se requiere un encuentro con Él, pero eso no implica que todos quienes hayan tenido un encuentro con Él se conviertan en Discípulos Misioneros.
Esto es cierto....sin el desprendimiento diario es imposible seguir a Cristo....pero su Espiritu Santo que hay que llamarlo y pedirlo a cada momento te ayuda a desprenderte y tomar pista para "volar" y dejarte llevar por este Espiritu que sopla donde quiere y no sabes a donde va.....es un fiarte de la Palabra y guardarla en el corazón hasta ver que realmente se cumple en ti.....bella reflexion....
ResponderEliminarGracias Gosspi.. un saludo grande
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