Me impresiona de sobremanera la inmensa cantidad de "profetas" y "videntes" que han aparecido en este último tiempo anunciando el fin del mundo... ¡pero más me impresiona la cantidad de personas que les creen!
Parece que se respira esa obsesión por el fin de los tiempos, por las conspiraciones apocalípticas y por el armagedón. Me duele pensar que esta obsesión puede ser el reflejo de un anhelo alimentado por el miedo y la desesperación en mucha gente: desear que el mundo se acabe. ¿Será que algunos desean eso? ¿Será que mucha gente, en su desesperado intento por salir de la pobreza, por escapar de la depresión, por huir de los problemas, desea en lo más profundo de su corazón que su vida se acabe sin ser ellos los responsables?
Me gusta creer que Dios nos creó como co-constructores de este mundo y no como destructores de él.
Me quedo con la visión del programa infantil 31 minutos sobre este tema: todos los días se acaba el mundo, pero inmediatamente comienza uno nuevo. ¡Seamos co-constructores de ese mundo nuevo! ¡Y si fallamos en ese, construyamos otro!
Muy cierto amigo mio!... me quedo con ésta partecita que me encantó...
ResponderEliminar¡Seamos co-constructores de ese mundo nuevo! ¡Y si fallamos en ese, construyamos otro!
Un gran abrazo desde Paraguay!
Muchas gracias Magda. Recuerdo tu país con gran cariño y aprecio ¡Saludos!
ResponderEliminarCiertamente. Se acaba y se vuelve a empezar. Yo me estoy yendo a descansar después de una jornada parroquial y de estudio agotadora, contento por haber conocido tu blog. ¡Te sigo! Un buen fin de semana. Abrazo bloguero
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo. Un gran abrazo
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