viernes, 3 de diciembre de 2010

COMO BARCO PERDIDO


Acabo de llegar de una cantata navideña desde el Hogar en cual hice práctica todo este año (que triste me suena decir esto en pasado).

Las niñas, todas muy lindas, prepararon algunas canciones navideñas.
Tabita hizo un solo de una preciosa canción acompañada en el baile por Cynthia...
También cantaron otros invitados, aunque la película, como era de esperar, se la robaron las niñas.

El Hogar es bautista y dentro de los invitados que cantaron, el hermano Ricardo Beltrán -dueño de una voz envidiable- contó, previo a una profunda canción, una historia muy breve pero muy significativa de nuestra relación con Dios que me parece digna de repetir:

Una vez, un niño construyó un barquito de madera muy hermoso. Dedicaba día y noche para que su obra fuera perfecta... y lo logró.
Ese barquito era su mayor orgullo.
Un tiempo después, por alguna razón desconocida, perdió su barco. Probablemente alguien lo tomó, o simplemente lo dejó olvidado en algún lugar. Fue terrible, lo lloró mucho tiempo y creció con esa amargura.
Cuando ya era un adulto encontró su barquito en una tienda y sin dudarlo, lo compró, sin importarle el precio.

Cuando nos convertimos a Dios pasa lo mismo: Él nos crea, nos pierde y luego volvemos a Él por medio de su Hijo. Y lo más importante: nos ama como ese niño a su barco y paga cualquier precio por recuperarnos.

1 comentario:

  1. gracias hermoso compartir si hay un Dios que nos ama con locura y siempre nos espera con los brazos abierto gracias un buen fin de semana unidos en oración y un abrazo fraterno

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