Hoy me he enterado de una gran noticia.
Un muy buen amigo ha tomado una decisión.
Un gran hombre ha decidido entregar su vida al Hombre.
Una gran persona se ha aventurado a donar su vida a los demás.
Porque ¿No es en definitiva eso ser sacerdote? Darse a los demás a semejanza de Cristo. Morir a sí mismo por los otros…
Ser Padre fue la vocación que Dios le regaló, pero a todos nos regala una. Una que requiera de un salto mortal de tal magnitud.
Fui testigo de cómo Francisco creció, maduró y se consolidó como persona, como católico, como hombre. Él dijo que su vocación es resultado de muchas de las cosas que nosotros a su alrededor hicimos o dijimos… ¡Que alegría más plena! Gracias por dar este salto mortal que, sin duda conllevará a otro, y a otro… Gracias porque esto nos enseña a confiar a no mirar si el bungee tiene bien sujeta la cuerda, o si me alcanzará el aire para nadar hasta lo más profundo, si los brazos aguantarán remando mar adentro…
Gracias Pancho y que San Francisco Javier, tu patrono y patrono de las misiones guíe cada uno de tus pasos que -sin duda- dejarán huella.
¡Hoy me he enterado de una gran noticia: Francisco será sacerdote de Cristo, será sacerdote de María! De Ella, cuyo santo corazón es para el mundo el refugio de paz, el signo de elección y la puerta del Cielo.
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