Me encanta descubrir en María a esa mujer sencilla que une a toda la Iglesia. Creo que por eso los Papas siempre la citan al final de sus documentos, porque así todos quedamos contentos.
María es especial para todos.
La Religiosidad Popular Latinoamericana le guarda un lugar especial en sus corazones como Virgen de Guadalupe, Nuestra Señora de Aparecida o como Virgen del Carmen.
La religiosidad de elites la venera profundamente.
La Teología la estudia en detalle y descubre en Ella siempre algo nuevo y significativo.
Los pobres se identifican con su persona.
Los chilenos la reconocemos como nuestra Reina, nuestra Estrella Blanca.
Los soldados como su patrona.
Las mujeres se reflejan en su rostro.
Los hombres nos enamoramos de su mirada.
Los niños la miran como a su Madre.
Los adultos también.
Las madres solteras la entienden mejor que nadie.
Los marianos la amamos por dar su Sí.
Los cristianos la amamos por regalarnos a Cristo.
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