Prometí no meterme a internet para no distraerme.
Pero no puedo evitar darme este recreo para escribir sobre esto... no quiero que se me escape.
Estoy tabulando unos datos de una entrevista que aplicamos a todos los estudiantes de los 1eros y 2ndos medios. Algunas de las preguntas tienen directa relación con los sueños que ellos tienen...
¿Cuál es el más profundo deseo de tu corazón? ¿Cuáles son tus sueños para tu familia? ¿Cuáles son tus sueños para tu futuro?
Me angustia profundamente y me preocupa que muchas de las respuestas sean "No sé", "Nunca me he puesto a pensar en ello", o que simplemente no respondan.
Hace unos días le dije en clases, en el colegio a los chicos que, en mi opinión, la principal razón de la tristeza del mundo, la falta de esperanza, el poco amor a la vida... tiene que ver con que ya no nos atrevemos a soñar; ya no nos damos el tiempo para soñar.
No creemos en nuestros sueños, no luchamos por ellos. Peor aún: no los tenemos.
Espero que al finalizar este año esos "no sé" o esos "nunca he pensado en ello" se conviertan en sueños pequeños, o en anhelos concretos, o en sueños imposibles... pero que den el paso para atreverse a luchar por ellos.
Espero darles la fortaleza y la fe necesaria para ello con mi testimonio de encuentro con el Señor, con El Que Nos Hace Soñar.
Porque si Uno cambió el mundo una vez para siempre ¿por qué no podríamos cambiarlo nosotros de nuevo aunque sea un rato, aunque sea en nuestros sueños?
La imagen la he tomado de este blog misceláneo que está muy entretenido. Visítenlo. Vale la pena.
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