domingo, 10 de abril de 2011

TODO COMENZÓ CON ASIA BIBI (parte 1)

Hace mucho tiempo leí en un blog amigo sobre la dura situación que vive la pakistaní Asia Bibi, esposa de Ashiq Masih, madre de 5 hijos y cristiana en medio de un mundo musulmán.

Libertad Digital detalla la situación que desencadenó la condena a muerte de la cristiana que es acusada de blasfemia:

"Los hechos ocurrieron en junio de 2009 cuando Bibi, trabajadora agrícola, fue mandada a buscar agua mientras trabajaba en un campo. El resto de mujeres, seguidoras del islam, se opusieron a que ella fuera porque, al no ser musulmana, contaminaría el recipiente y lo haría impuro. Por ello, le exigieron que abandonara el cristianismo y que se hiciera musulmana, a lo que ella se opuso.

En su justificación, la fiel cristiana dijo a sus compañeras que "Jesús murió en la cruz por los pecados de la humanidad" y preguntó a las mujeres musulmanas qué había hecho Mahoma por ellas. En cuanto oyeron estas palabras acudieron al imán local, esposo de una de ellas, que a su vez presentó una denuncia ante la Policía por el delito de blasfemia. Y es que el artículo 295 del Código Penal de Pakistán pena con la muerte blasfemar contra el profeta del islam."


He seguido la pista de esta coherente mujer y me encuentro hoy con esto:

"Según la agencia católica de noticia Asia News, Asia Bibi, que se encuentra enclaustrada en una sórdida celda de la que no sale durante las 24 horas del día, ha contraído la varicela [...]
Para el régimen paquistaní, la muerte de Bibi a consecuencia de “causas naturales” sería la solución perfecta para su dilema, ya que no la puede poner en libertad dada la fuerte presión islamista, pero tampoco puede ejecutarla, por cuanto tal acto constituiría un verdadero escándalo internacional. Por lo tanto, no hay que ser profeta para presagiar la próxima muerte de Bibi en prisión, como ha ocurrido en otros muchos casos de “blasfemos” cristianos".
Me parece insólito, no sólo el hecho de que en el año 2011 exista este tipo de situaciones poco tolerantes, sino también que nada de esto salga en los medios de comunicación masiva. Nuestra oraciones para ella, su familia, y para todos los cristianos perseguidos.

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